El suboficial, que sorteó con facilidad varios controles fijos de la misma fuerza a la que pertenece, llevaba una carga valuada en más de 4 mil millones de pesos. La droga ni siquiera iba oculta en algún compartimento, sino en cajas en la parte trasera de una camioneta.
El juez federal de Garantías N°1, Julio Bavio, hizo lugar este mediodía al pedido de imputación y prisión preventiva requerido contra Diego Hernán Delgado (FOTO), cabo primero de Gendarmería Nacional, de 30 años. La imputación fue formalizada por la auxiliar fiscal Carolina Aráoz Vallejo, en representación del Área de Casos Complejos, a cargo del fiscal federal Ricardo Toranzos.
La acusación, por el delito de transporte de estupefaciente agravado por la calidad de funcionario público encargado de la prevenir y combatir el narcotráfico, se presentó en la audiencia de formalización de la investigación penal, instancias en la que Delgado solo declaró respecto a sus datos personales, entre los cuales indicó que pertenece al Destacamento Móvil N1, de Campo de Mayo, en Buenos Aires.
Además de este delito, la auxiliar fiscal le imputó, el delito de resistencia y atentado a la autoridad en concurso real, pues al momento del hecho, según lo expuesto, el acusado intentó embestir al personal de Gendarmería Nacional que llevaba adelante un control ambulatorio sobre la ruta 5, a la altura del kilómetro 170, en la localidad de General Pizarro, en el departamento de Anta.
Sostuvo que la detención se registró el domingo a las 6 de la mañana, cuando Delgado conducía una camioneta Volkswagen Amarok, la que circulaba a máxima velocidad, procedente del norte provincial. Indicó que, al ver el rodado, los gendarmes (del Escuadrón 45) le hicieron señales lumínicas para que se detenga.
Lejos de obedecer las señales, las que conocía muy bien por su función, Delgado intento evadir el control.
Ante la situación de grave riesgo, pues todo parecía indicar que el conductor iba a embestirlos, los gendarmes encendieron la sirena de su móvil y se dispusieron a una escena de mayor peligro, lo que persuadió al cabo primero, quien se estacionó en la banquina.
En seguida, los gendarmes se acercaron a la camioneta, circunstancias en que el conductor bajó la ventanilla del lado del conductor y del asiento trasero, dejando a la vista su uniforme de gendarme y un bolso, también propio de esa fuerza, con la intención de relajar la atención de sus camaradas.
Al presentar la documentación, entregó su credencial como integrantes de esa fuerza y sostuvo que había sido beneficiado con cinco días de descanso, tras una comisión, por lo que decidió hacer un viaje relámpago a esta provincia.
Previa comunicación con el Área de Casos Complejos, los gendarmes procedieron a realizar una requisa, de la que fueron testigos dos personas, ocupantes de un vehículo que venía por detrás de la camioneta. Al abrir la caja de la camioneta, se pudieron observar siete cajas que estaban a la vista.
Al abrir una de ellas, se constató la presencia de paquetes amarillos con droga, circunstancias en que el conductor reconoció que llevaba cocaína, cuyo peso total ascendió a 303 kilos con 820 gramos, lo que derivó en su inmediata detención y la incautación de dos teléfonos celulares y poco más de medio millón de pesos, dinero que el acusado llevaba consigo.
Descripto el hecho, la fiscal explicó que se trasladó el rodado a la base de la Unidad, donde se siguió con las diligencias de rigor. Al fundar la imputación, la fiscalía dejó sentado que se trata de un hecho de suma gravedad, no sólo por la cantidad de droga sino también por la condición del autor del transporte de la droga. Asimismo, destacó el llamativo hecho de que Delgado había sorteado con facilidad varios controles fijos de la misma Gendarmería, entre ellos, los de Pichanal y Embarcación.
Por otra parte, y con la autorización judicial del caso, se realizaron allanamientos en varios inmuebles, tanto en esta provincia y en Buenos Aires. Estas medidas, permitieron secuestrar otros elementos de interés para la investigación.
Luego, al momento de expedirse sobre las medidas de coerción, la fiscal solicitó la prisión preventiva, tanto por la naturaleza del hecho, su comportamiento durante el procedimiento, los riesgos de fuga y entorpecimiento de la investigación, pues la misma se encuentra en un estado incipiente.
Resaltó, además de lo accesible que le fue cruzar casi toda la provincia con semejante carga, la condición de absoluta confianza que tenía el acusado y, en especial, la organización narco criminal a la que pertenece realmente, pues la droga iba casi a la vista.
Resaltó también el daño a la salud pública que representaba el estupefaciente transportado, como así también mencionó la imposibilidad de que el acusado, ante una hipotética condena, sea beneficiado con una pena condicional, lo que hace imposible morigerar la medida de coerción.
Por último, destacó que Delgado no actuó por sí solo ni aisladamente, sino que existen otros eslabones en la cadena delictiva, los que ahora serán motivo de una ardua investigación. En ese contexto, solicitó una serie de pericias pendientes a fin de poder avanzar con el esclarecimiento total de la operación de tráfico.
La defensa, en tanto, no presentó objeciones a la imputación ni al pedido de prisión preventiva, aunque no descartó realizar planteos más adelante, incluso que su cliente preste declaración, lo que surgirá del rumbo que tomen las pesquisas.
En su defecto, el juez Bavio hizo lugar a la imputación penal, dictó la prisión preventiva y autorizó las pericias pendientes por entender que la “materialidad del hecho” se encuentra “suficientemente acreditada” por las evidencias presentadas por la fiscalía.-