Luego de que la familia se percatara de la situación, quisieron salvarle el miembro metiéndolo en una heladera con hielos y lo trasladaron al centro de salud capitalino.
Tras siete horas de cirugía, lograron generar un injerto para volver a colocarle el brazo. Sin embargo, el cuerpo rechazó el reimplante y lo tuvieron que quitar.
Valeria Arévalo, del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad, dijo a Cadena 3 que el paciente, oriundo de Saldán, se encuentra en internado en la terapia intensiva del nosocomio.
El pequeño fue inducido a un coma farmacológico.
“Tiene asistencia respiratoria mecánica y soporte dinámico”, dijo e indicó que “su pronóstico es reservado”.
Los médicos deberán monitorearlo constantemente para que no se le generen infecciones que pongan en riesgo su vida.-