El proyecto presentado al Congreso introduce un aumento del 50% en promedio para partidas claves destinadas a infraestructura y asistencia directa en regiones estratégicas, con cambios en criterios de asignación y seguimiento de inversiones.

El gobierno de Javier Milei envió este lunes al Congreso el proyecto de Presupuesto 2026 con la premisa de sostener el equilibrio fiscal, principal ancla de su gestión, aunque igualmente reconocerá un incremento por encima de la inflación proyectada para obras públicas en provincias y municipios. La medida también se conoce tras una serie de traspiés electorales y la disputa de la Casa Rosada con algunos gobernadores que reclaman más fondos. El punto central que surge del mensaje oficial es la decisión de canalizar nuevas partidas hacia jurisdicciones subnacionales, focalizando en programas y proyectos definidos como “prioritarios” por el Gobierno.
La norma del Poder Ejecutivo prevé para 2026 un aumento de $1,1 billones en la partida de gastos de capital de la Administración Nacional, equivalente al 50,3% de incremento respecto a lo presupuestado para este año. El componente más importante de estos gastos corresponde a transferencias de capital, que absorben el 49,7% del total de gastos de capital y aumentan un 81,4 por ciento. La inversión real directa alcanza una suba de 26,1%, mientras que la inversión financiera asciende 41%, según las cifras plasmadas en el texto oficial.
Se trata en todos los casos de subas por encima de la variación esperada para el Índice de Precios al Consumidor (IPC), de 10,1% acumulada. La medida se conoció después de la designación de un nuevo ministro del Interior y de la promesa de una relación “más fluida” con los mandatarios provinciales.
El mensaje que acompaña el proyecto de Presupuesto menciona que en 2026 se dará prioridad a obras viales de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), proyectos de modernización ferroviaria con renovación de infraestructura y material rodante, inversión energética orientada al desarrollo hidroeléctrico y nuclear, fortalecimiento de defensa y seguridad, y la ampliación de redes de agua y saneamiento. “La ampliación y optimización de las redes de agua y saneamiento apuntan a mejorar la cobertura y calidad del servicio”, describe el documento.
Se trata de un cambio de enfoque para el Gobierno, que había tenido la política de recortar al máximo obras para que sean encabezadas por el sector privado. Aunque, reconocen, hay movimientos que deberán ser realizados primero por el Estado. Hay muchas empresas involucradas que están sujetas a privatización y necesitan “mejoras” para ser más atractivas para eventuales inversores.-
FUENTE DE LA INFORMACIÓN: INFOBAE