El incidente tuvo lugar en la localidad de Pichanal la mañana del 8 de enero del año pasado. Según la denuncia de la víctima, su expareja la llamó para avisarle que pasaría a buscar unos papeles.
Una vez allí, ingresó a la vivienda sin su permiso, comenzó a gritarle e insultarla. En ese momento, intentó llevarse a sus dos hijos menores, de 8 meses y 2 años respectivamente. Ante la oposición de la madre, el joven se tornó violento y la agredió con un golpe de puño en el rostro. Tras esto, dejó al bebé pero se retiró con la niña.
La mujer intentó llamar a un familiar desde su teléfono, pero el agresor regresó, le quitó el celular y luego se marchó nuevamente con la niña. En ese momento, la víctima se dirigió a la comisaría para denunciar el hecho.
El joven de 23 años fue condenado a seis meses de prisión de ejecución condicional por los delitos de violación de domicilio y lesiones doblemente agravadas, ya que la víctima era su expareja, con quien convivió, y por haber mediado violencia de género. Los delitos se dieron en concurso real.
La jueza María Laura Toledo Zamora, vocal de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, dictó la condena y en el mismo fallo, absolvió al acusado del delito de hurto, ya que la fiscalía no presentó acusación por ese cargo durante los alegatos.
Además, el condenado deberá cumplir con una serie de reglas de conducta: fijar un domicilio; Someterse al control de la Dirección de Control de Presos y Liberados de Salta; no cometer nuevos delitos; abstenerse de cualquier acto de violencia contra la víctima y su familia, bajo apercibimiento de incurrir en desobediencia judicial.
Si incumple alguna de estas normas, la condena condicional podría revertirse y transformarse en una pena de prisión de cumplimiento efectivo.
En el mismo fallo, la jueza ordenó que el condenado se someta a un examen genético, el cual será registrado en el Banco de Datos Genéticos.