La discusión sobre el futuro de las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) domina la agenda del Gobierno de Javier Milei durante las sesiones extraordinarias convocadas este verano. Este tema es prioritario para Casa Rosada junto con la designación de jueces de la Corte Suprema.

El presidente expresó su deseo de eliminar de forma definitiva este sistema electoral, al que calificó como “una trampa, un instrumento siniestro y miserable creado por Néstor Kirchner”. Milei descartó en varias oportunidades cualquier alternativa de suspensión temporal en favor de una derogación definitiva, al señalar que no existen motivos para mantener este mecanismo. Sin embargo, la realidad parlamentaria, marcada por la fragmentación y la falta de mayoría del oficialismo, obliga al gobierno libertario a evaluar propuestas menos categóricas que podrían significar un retroceso parcial en su postura inicial.
La posición del Ejecutivo enfrenta serios desafíos. Aunque el oficialismo ha insistido en mantener una postura firme y no ceder ante presiones externas, la falta de consenso en el Congreso abre la puerta a alternativas negociadas.
Aprobada la ley de boleta única, algunos consideran que la excusa del gasto que suponen las primarias ya no tendría validez, ya que la impresión de boletas representaba más de la mitad del costo de financiamiento. Por otra parte, la eliminación de las PASO tensiona las posibilidades de alianza entre el oficialismo y el PRO, al obligar al partido amarillo a acordar el reparto de cargos en minoría, quitándoles la alternativa de jugar una interna con candidatos propios y que el votante decida.
Desde el PRO y Unión por la Patria se ha hablado de suspender las PASO para las elecciones de 2025, pero mantenerlas vigentes para los comicios presidenciales. Esta propuesta, que a primera vista parecería incompatible con la línea dura del Ejecutivo, no ha sido completamente descartada.
El proyecto oficial, presentado al Congreso en noviembre pasado, tiene como objetivo la eliminación total de las PASO. Además, propone una reforma al sistema de financiamiento de los partidos políticos que elimina los aportes públicos para las campañas electorales y fomenta la inversión privada. Algo que ha levantado críticas, sobre todo desde la izquierda, que acusó a Javier Milei de querer “privatizar” las elecciones.
Pero esta iniciativa no es la única en discusión, ya que más de una decena de proyectos presentados por legisladores de diversos bloques buscan modificar, suspender o incluso reemplazar el sistema de las PASO con otras alternativas.-